¿No tienes a dónde ir?
Un día en un autobús camino a casa de mi trabajo, una joven me dio una nota que decía: Cristo te ama. Esas palabras estuvieron varios días en mi cabeza, como esa persona me conocía y ella como sabía que Cristo me amaba.
Tiempo después entendía por qué la biblia dice: “hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” Proverbios 14:12. En ese camino iba yo, a la muerte cargada de culpas y con un gran peso que no eran míos, hasta que un día Dios me alcanzó, Él por medio de su hijo Jesucristo, dio a mi vida la respuesta que buscaba y me enseñó la forma en que debería de vivir para ser feliz.
Un día, hice esta simple oración, ¿quieres hacerla tú también?:
“Señor Jesús te acepto en mi corazón, como mi único y suficiente salvador, sé que sin merecerlo moriste por mí en la cruz del calvario, pagaste con tu vida por mis maldades, por mis pecados, derramaste tu sangre preciosa por mí, para que yo tuviera vida, tu moriste.
Creo que al tercer día resucitaste entre los muertos y hoy estas sentado a la diestra del Padre intercediendo por mí, eres tú el único camino a Dios.
Escribe mi nombre en el libro de la vida, si hoy muriera sé que iría contigo al cielo”.
¡Listo! Ahora eres hijo(a) de Dios, habla con Él diariamente, hablar con Él, es como hablar con otra persona, esto también es orar, es sencillo. Pídele que te ayude en la situación o problema que estás viviendo y verás como obtienes respuesta favorable para tu vida.
Lee tu biblia, cualquiera que tengas a la mano. La biblia es la palabra de Dios para sus hijos y tu necesitas saber que quiere Dios de ti.
No desistas, estoy segura de que tendrás éxito. Si hiciste la oración, nos gustaría saber de ti, orar por ti y los tuyos, puedes dejarnos tus datos y nos comunicaremos contigo.
Gracias.
¡No temas!
Estas palabras te ayudarán a no dudar de lo acabas de hacer:
Existieron en mi vida momentos en donde sentí no poder más. Luché por salir adelante, en medio de las circunstancias que me rodearon, en la infancia experimenté muchos problemas que no eran míos, pero que me arrastraron hacia la muerte.
Otras veces deseaba morirme, porque creía que era víctima de cosas de las cuales no tenía la culpa. No era feliz y culpaba a todos de cómo me sentía, a mi padre, a mi madre, a mis hermanos, a mis familiares, a mis vecinos, a todos…
Para mi ellos tenían la culpa de lo que sentía, sin saber que nada de lo que yo pensaba era cierto. Yo era culpable de las decisiones que había tomado, las cuales me había alejado de Dios.
Juan 3:16
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Apocalipsis 3:20
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Romanos 10:9
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.