Ventanas y Puertas
Las casas de los judíos, así como la de los orientales, en la antigüedad tenían algunas ventanas, que generalmente se abrían hacia la calle, podían ser de dos o una hoja, casi siempre se encuentran en las partes altas de la casa y abren hacia la calle.
Eran altas y la mayoría tenían barrotes de madera que servían de protección contra los ladrones, y la parte baja de la ventana poseían una especie de marco enrejado, lo que hasta la actualidad puede observarse en las casas de los países del medio oriente, lejos de los complejos urbanísticos.
Proverbios 7:6, dice: “Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía”.
Hay postigos de madera y con esto cierran las ventanas por la noche. Cuando se abre la ventana a la mañana, los que están dentro de la casa pueden ver hacia fuera sin ser vistos ellos mismos.
Las puertas como las ventanas eran construidas de madera de sicómoro habitualmente.
Para lujo de los ricos con ornamentos construidas de cedro.
Según leemos en Isaías 9:10, “Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos, pero en su lugar pondremos cedros.”
Las puertas se engastaban o montaban colocándolas firmemente sobre bisagras, las cuales al abrir giraban “sobre sus quicios”, según leemos en Proverbios 26:14, “Como la puerta gira sobre sus quicios, Así el perezoso se vuelve en su cama.”
Las puertas se aseguraban quedando firmes al cerrar, esto se lograba con el uso de barrotes de madera, como lo que leemos en Proverbios 18:19, “El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.”
Semejante a las imágenes de estas cerraduras de alcázares que se pueden ver en la arquitectura árabe, que se preserva en la actualidad.
También, estaban las puertas de las casas con una sola habitación, que eran propiedad de las personas que tenía como oficio el trabajar y cultivar la tierra, viviendas del medio rural y vive en el medio rural, misma que se abría antes de la salda del sol y quedaba abierta durante el transcurso del día como señal de invitación a la hospitalidad.
Se abre a la salida del sol y queda abierta durante el día, así es como los dueños de la casa envían una señal de hospitalidad e invitando a los vecinos a visitar. En el libro de Apocalipsis se menciona en el capítulo 3:8 “He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta”. El cerrar la puerta es una indicación de que sus habitantes han realizado actos que indican vergüenza, como se entiende en Juan 3:19, “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”.
Por eso al ponerse el sol se cerraba la puerta la cual duraba toda la noche. Estas son costumbres en las casas humildes y sencillas de una sola habitación. Y esta es la referencia que se toma de nuestro Señor Jesucristo llamado a la puerta en Apocalipsis 3:20.
Es diferente en casas de las ciudades o villas ricas, ahí las costumbres son diferentes.
Fuentes:
Fred H. Wight. (2010). USOS Y COSTUMBRES DE LAS TIERRAS BÍBLICAS. Recuperado en: 13/07/2020, de Editorial Portavoz. Sitio web: ttps://www.portavoz.com/libros/pdfs/9780825457944.pdf
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