¿Cómo eran las casas? 9
El uso de la lámpara para buscar la dracma perdida.
En Lucas 15:8, la Parábola de la Moneda Perdida, “8 ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. 10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”
En la historia de la dracma perdida, que Jesús narra debemos entenderlo desde el punto de vista oriental, existen testimonios de judíos donde expresan que siendo niños frecuentemente sostenían lámparas orientales hechas de arcilla en la mano, mientras su madre buscaba alguna moneda o algún objeto de valor.
Resulta obvio darnos cuenta que, no nos referimos a personas actuales, sino a personas de principios del siglo pasado, que siguiendo sus costumbres no se permitían perder nada, y de esta forma entendemos, que como las cosas de una sola habitación tenían una sola puerta y una o dos ventanas con postigos de madera, razón por lo que tenía que estar muy alumbrada, especialmente en invierno.
Y como las esteras, cojines y pieles de cabra con las cuales cubrían el piso, para limpiar se debían voltear para limpiar.
Volviendo a la historia de Jesús, cuando se encontró la dracma perdida, las vecinas y amigas fueron llamadas a regocijarse con la dueña de la casa, porque ésta moneda perdida atraía la ira del marido sobre esta señora y representaba la victoria para ella y sus amigas vecinas lo que mostraba un sentido de compañerismo, guardando el secreto que no debían saber los hombres.
Entonces el significado de la luz en una casa del antiguo Israel, se consideraba un lujo necesario entre los aldeanos. Porque al ponerse el sol, la puerta de la casa se cerraba, entonces se encendía la lámpara. El dormir sin luz es considerado entre los aldeanos como un signo de extrema pobreza.
En las Sagradas Escrituras los sinónimos de lámpara, son luz y vida. Por ejemplo:
Un viajero que llega tarde en la noche busca ver una luz en alguna casa y entonces sabe que ahí hay vida.
El desear que la luz de un hombre se apague sería desearle una maldición terrible.
Respecto al hombre malvado, Bildad, en el libro de Job, dice: “La luz se oscurecerá en su tienda, y se apagará sobre él su lámpara”, según Job 18:6.
Y, en Salmos 18:28, “Tú encenderás mi lámpara”, el salmista se considera bendito del Señor cuando se decía a sí mismo en relación con Dios, esto es para los orientales que aprecian el valor aun de una sencilla lámpara de barro en lo oscuro de la noche o en la oscuridad de la casa por lo que Jesús dijo, en Mateo 5:16, “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Fuentes:
Fred H. Wight. (2010). USOS Y COSTUMBRES DE LAS TIERRAS BÍBLICAS. Recuperado en: 22/07/2020, de Editorial Portavoz. Sitio web: Https://www.portavoz.com/libros/pdfs/9780825457944.pdf
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