Como cristianos vivimos en una sociedad, donde en todas las esferas de la vida hay, anarquía, deshumanización y extrema falta de fe. Lamentablemente en este mundo, la mayoría de sus habitantes caminan sin Dios, con corrientes de pensamientos escépticos.
Aquí es donde nos tocó vivir, debemos entonces hacerlo apegados día a día a la doctrina que Jesús enseñó, con fuertes convicciones, comunicando a los que nos rodean el testimonio de nuestra fe.
Los creyentes debemos en estos tiempos difíciles, con crisis económica y descaro moral, no olvidar poner en práctica de manera correcta nuestra creencia. Evidenciando así al mundo, que somos cristianos (seguidores de Cristo), y que nuestro fundamento espiritual, es y proviene de lo sobrenatural que Dios ha depositado en nuestras vidas, la esperanza de la resurrección en Cristo.
Tal vez, hemos heredamos nuestra fe y creencias de nuestros mayores. Lo que, desde un punto de vista humano, no es incorrecto. Porque se entiende, que esto era, lo que ellos debían hacer correctamente, como nuestros antecesores, enseñarnos y mostrarnos lo que creían que era lo mejor.
Sin embargo, no esta de más decir; que es a partir de que tú y yo “heredamos” o “recibimos” esa fe, (para los que poseen una fe que fue sembrada primero en sus padres, cualquiera que sea esta fe), que cuenta lo que nosotros hemos hecho, para calificarse bueno o malo.
Como personas nos desenvolvemos entre una sociedad muchas veces ajena al sufrimiento, pero como hijos de Dios que somos, poseemos un carácter que nos hace ser diferentes y especiales ante los que nos rodean. Porque nuestra fe, nos lleva a creer en Jesús y en su vida.
Un Jesús que nació como hombre, vivió entre la humanidad, conservándose puro y sin mancha, que murió por nuestros pecados y resucitó por el poder del Espíritu de Dios, que lo levantó de los muertos, subió al cielo y hoy está vivo, que muy pronto vendrá por nosotros, que somos su Cuerpo, su Novia, su Iglesia.
Qué en su tiempo instituyó a los apóstoles, para desempeñar la labor de enseñar a los nuevos creyentes, a vivir en una sociedad con corrupción, de manera ejemplar sirviendo como base y fundamento la vida y enseñanza de Jesús.
Una sociedad, donde con frecuencia escuchamos y conocemos posturas radicales en contra de la Iglesia, sin importar denominación o razón social, con acusaciones de todo tipo, que van desde la pederastia hasta temas que abarcan el aborto, la eutanasia, el divorcio, la homosexualidad y el lesbianismo, incluyendo fraudes y todo tipo de acusaciones en contra de sus líderes. Sin saber, si estas acusaciones son falsas o verdaderas.
Ideas y posturas que representan problemas para todo aquel que desea vivir una fe sincera, sin contaminarse de lo que representa el mundo, con sus afanes y deleites.
Reflexionemos en esto y mañana continuaremos leyendo como debemos actuar ante los problemas que enfrentaremos.
Saludos...!
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